jueves, 17 de noviembre de 2011

Mis gatitos: Lolita

Bueno, soy una amante de los animales en general y de los gatos en particular, eso lo sabe cualquiera que me conozca. Y claro, desde que estoy en Francia (ya va mes y medio) los echo muchísimo de menos. Más que a cualquier persona, porque con la gente hablo por internet, por teléfono, por carta...pero con mis michis no puedo!

Tengo 3 propios viviendo conmigo, y 2 hermanas felinas que tiene en casa mi madre, así que en total tengo 5 gatos, 4 hembras y 1 macho que es el mayor de mis amores.
Presento a la mayor: Lolita

Es una gatita blanca con manchas atigradas. Lolita era hija de Triana, una gata atigrada que vivía en la calle Betis abandonada y a la que yo me llevé alimentando y dándole las pastillas para el celo durante años. Las pastillas no son buenas, y a la larga más caras que una castración pero no encontraba nadie que la pudiese cuidar en el postoperatorio así que nada. No eran muy efectivas porque tuvo varias camadas, la última fue la de Lolita.
Cuando Lolita tenía unos 3-4 meses pude castrar a la madre, que creía embarazada, pero lo que tenía era una infección enorme en el útero que se la habría cargado de haber esperado una semana más a operarla. Parecía preñada y todo era pus, imagínate. Resulta que tenia una ligadura de trompas mal hecha, o sea que era una gata casera a la que echaron de casa por el celo. En la foto se ve a Triana con 2 hermanitos de Lolita. Una desapareció, al macho blanco y negro lo sigo alimentando.
En el verano de 2010, cuando volví de mi primera Erasmus y me independicé decidí adoptar a Lolita, que ya tenía 2 años. La castré y me la llevé a casa. En la calle era mimosa, siempre pedía caricias y al oír mi voz salía corriendo en mi búsqueda...pero no le gustó nada verse de pronto operada y encerrada, además con otro extraño en casa. Nos bufaba, lloraba por las noches, se pasaba escondida todo el día, sólo pegaba grandes carreras para usar el arenero y volver al escondite. Si intentabas acariciarla te echaba la zarpa encima. Era súper agresiva, realmente pensé que no se adaptaría a vivir en un hogar. Llevaba ya mes y medio con ella cuando empecé a buscar algún campo controlado donde pudiese estar segura y salvaje. Pero no quería, no podía abandonar a mi Lolita, por muy callejera que fuese desde un principio. No tengo fotos de esta época porque es que yo misma no la veía. Sólo limpiaba el arenero y reponía comida y agua.

Bueno, me aconsejron traerle a un hermanito, un cachorro macho, ya que ella estaba acostumbrada a estar con gatos y con nosotros siempre se sentiría extraña. Fue la mejor decisión que pudimos tomar.
Dejó de llorar por las noches, juagaba mucho con él, se la veía mucho mejor. Seguía sin querer nada conmigo, pero al poco tiempo se convirtió en una gata distante pero sociable...y hoy en día hasta puedo acariciarla! Me ha costado 1 año poder acariciarla con normalidad, 1 año. Pero con los animales hay que tener paciencia. Mi mayor logro lo hice antes de venirme aquí, cuestión de 1 mes antes o así, y es que se dejase dar besos :-)
Con los gatos sí es muy cariñosa, y con los humanos, poco a poco, cada vez más. Vuelve a ser mi mimosona callejera. Nadie lo habría dicho al principio, nadie. Era tan agresiva, una furia, no parece la misma gata.

1 comentario:

  1. Oye, no sabía que vives en francia! Que bueno, yo hace ya tiempo que no voy por ahí ahora.
    Que bueno que tuvieras tanta paciencia con ella los primeros tiempos aunque llorara y no fuera mimosa, en la asociación donde yo hacía de voluntaria si se portaban así los devolvían a los tres días :(

    ResponderEliminar