viernes, 2 de diciembre de 2011

SILVIO :-)




El siguiente de mis gatos al que voy a presentar es Silvio, por edad, el 4ºde mis gatitos, y aunque los quiera mucho a todos, él sabe perfectamente que es mi favorito.


Silvio llegó en julio de 2010, me lo trajo Rosario, una antigua colaboradora de Defensa Felina, para que ayudara adaptarse a Lolita, la callejera salvaje y extremadamente arisca que acababa de adoptar. Le había llegado una llamada de un chico en Pino Montano que había escuchado maullidos en la ventana y era porque le habían tirado un gato por la ventana y éste estaba en el toldo. (Increíble, le deseo la peor de las muertes a ese malnacido o malnacida). Éste chico lo cogió, pero tenía ya un perro grande en su casa y no sabía nada de gatos, así que llamó a DF para ver si le encontraban algo. Sabía tan poco de gatos que ni cayó en ponerle un arenero la primera noche que pasó en su casa, y el pobre lo pasó muy mal.


Yo no tenía ninguna preferencia por los siameses, pero ninguno de mi gatos (excepto Lolita) fueron realmente "elegidos", así que me dio igual. Rosario me trajo a una micurria de 2 meses que no paraba de maullar en el transportín y al llegar a casa nos quedamos embobados con esa pelusilla blanca de nariz sucia que correteaba por la casa.


Era suave como una bolita de algodón y olía tan bien, como un bebé. Además al abrazarlo te devolvía el gesto, si le besabas, lo hacía él también. Desde el primer momento, desde que abrimos el transportín en el suelo de la cocina, pareció sentirse como en casa. Y era TAN cariñoso que no nos lo podíamos creer. El perfecto compañero para ablandar a la arisca Lolita, que ya me había soltado unos buenos zarpazos de esos de atacarte en serio a lo bestia.

Y a mí se me caía la baba con Silvio, que me comía a besitos, me daba lametones, dormía conmigo, me seguía a todos lados y no paraba de querer jugar, acariciar y ser acariciado. Silvio es un ángel. Cuando entraba en el baño se ponía a maullar fuera dando con las patitas en la puerta y no paraba hasta q lo cogía en brazos al salir y le daba mimitos. Siempre me esperaba en la ventana al verme llegar y lo primero que hacía y sigue haciendo es ponerme los morritos para restregarme la cara.


Lolita dejó de maullar por las noches y de estar tan agresiva cuando llegó él. Desconfiaba, pero al menos estaba tan centrada en averiguar quién era el nuevo inquilino que pasaba de nosotros. Silvio le hacía carantoñas, ella le bufaba, Silvio le traía en la boca los juguetes para que jugasen juntos, y poquito a poco se fueron llevando bien, y Lolita empezó a
pasearse por la casa delante nuestra, a dormir en el sofá y lavar a Silvio todo el tiempo (él encantado obviamente). Lolita no era una gata cariñosa, ni siquiera mínimamente sociable, pero gracias a mucha comprensión, muuucha paciencia, cuidado y al cariño de Silvio, ahora Lolita es una gata completamente diferente, que me espera en la puerta cuando entro en casa y me pide caricias, aunque no me deje nunca cogerla en brazos.

Y Silvio sigue siendo un encanto. Tuvimos en acogida a una gatita procedente de un desahucio, que Lolita no quería ni ver y a la que bufaba muchísimo, pero Silvio se encargaba de cuidarla. Era muy gracioso porque si Lolita entraba en la habitación con ella delante bufaba a la pequeña, y se alejaba de ella, pero cuando Lolita no estaba a la vista jugaban juntos, la lavaba, la abrazaba mientras dormía, aún hoy entra en el arenero después que ella para cubrirlo todo, cuando les ponemos la comida procura que la peque coma la primera...Silvio es un madrazo, rebosa cariño.Hasta en el veterinario se porta bien. Le encanta su vete Virginia, de la clínica Santa Justa, y su ayudante Carolina; una vez por
una urgencia tuvimos que llevarlo a otro vete le bufó, fue la primera vez que le vimos bufar a alguien, se portó fatal, sin embargo con Virginia y Carolina es un buenazo. (Al contrario que Lolita, que cuando la llevamos es como vivir Jurassic Park, ni los sedantes y la jaula pueden con ella)

Le echo muchísimo de menos. Mucha gente me llamaría loca por esto pero yo lo echo más de menos ahora que estoy en Francia que a cualquier otra persona. Con mis padres y mi novio, amigops hablo por teléfono o por internet, pero con Silvio no puedo, claro. Según Christian desde que me fui está súper cariñoso, que debe echar en falta mis mimos porque está de un pegajoso increíble, y que maulla mucho cad vez que Christian se va a clase o a trabajar o q simplemente esté en la cocina con la puerta cerrada, porque según él debe tener miedo a que él se vaya también y me echa de menos. No sé si será verdad, a saber qué pasa por su cabecita, pero yo prefiero pensar que me echa de menos. No es lo mismo irme a dormir sin acariciar su pelo súper suave, ni despertarme sin sus mimos. Espero que no me haya olvidado. Estoy deseando volver en navidades para jugar con él, le encanta traerme su serpiente de peluche en la boca para que yo se la lance y él la vuelva a traer mil veces, mientras que la pequeña Luna simplemente corre detrás de él. También le encanta que le ponga un poco de spray de catnip en el rascador para volverse loco haciendo piruetas.

Con ninguna de mis gatas, a las que quiero mucho, he tenido una conexión tan bonita como tengo con Silvio. Y eso que Phoebe también es muy mimosa, y Lunita igual. Con Phoebe puedes hablar, maulla muchísimo y te contesta, con Silvio pasa igual, es muy hablador, pero es diferente. Es un gato muy muy especial que encanta a todo el mundo que lo conoce.

Y nada, ése es mi niño, al que quiero con locura y pienso cuidar el resto de su vida, como deberían hacer todas las personas con sus compañeros animales. Si los tratas bien ellos son muy agradecidos, y Lolita es la prueba viviente de ello.

2 comentarios:

  1. Me encanta la historia de silvio y como hablas de él. Me gusta que sepas tanto de gatos y que te hayan llegado todos sin previo aviso, como si estuvieran destinados a entrar en tu vida...seguro que significa algo..

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  2. Encantados de conocer a Silvio (a través del blog de la gata Lupe ya habíamos descubierto algo, pero no podíamos dejar de pasar para saludar)

    Ronroneos desde nuestra Gatera,

    Rumbo, Noa y Elmo.

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