domingo, 2 de octubre de 2011

Haruki Murakami. 1Q84


Ya han publicado la 3ª (aquí en España 2ª) parte de la última novela de Haruki Murakami, 1Q84.

Estoy emocionada, porque el libro me está encantando y me tiene totalmente encandilada, tan enganchada como no estaba desde Kafka en la orilla. Pero al mismo tiempo tengo miedo de continuar, temo que las expectativas no se cumplan, y que como es normal en Murakami, muchas preguntas queden abiertas. Tan sólo espero que no las fundamentales. Eso fue lo que pasó con Kafka en la orilla.

Las tramas paralelas de la asesina Aomame y Tengo, matemático y escritor, están cada vez más cerca de unirse, y personajes como Ushikawa y Eri, Vanguardia...prometen nuevas líneas en el desarrollo de la historia. He de decir que después de leer la fallida After dark, esperaba poco de esta novela, pero las 2 primeras partes me sorprendieron gratamente y espero que la 3ª no me decepcione.

Con Murakami tengo un cariño especial, tal vez porque nos unen varias cosas en común: el amor por los gatos, por los Beatles y la cultura de los 60 en general, y por escritores como Scott Fitzgerald o George Orwell. Muchos de sus guiños literarios me llegan de manera especial, y sus historias me sitúan muy pronto entre los personajes, viviendo intensamente sus pasos. Con Murakami conectas hasta la médula o no conectas.

Aún recuerdo cómo me acerqué por primera vez a este escritor. Tendría unos 15 años y en mi instituto habían organizado una mini feria del libro en la biblioteca. Había varios tenderetes con libros de segunda mano provenientes de donaciones y otros nuevos de editoriales, todos muy baratos. Echaba un vistazo, la mayoría de los clásicos ya los había leído o los tenía en proyecto por casa, y era muy reticente a probar escritores "modernos", o "nuevos". La biblioteca que tenía en casa era mayormente de clásicos, grandes escritores cuyos libros no tenían menos de 50 años de antigüedad (mis escritores favoritos eran y siguen siendo Víctor Hugo, Balzac, Conan Doyle, Poe, etc.) Así que desconfiaba de todo lo nuevo. Los contactos que había tenido hasta entonces con una literatura más moderna habían sido de literatura juvenil... Y la literatura juvenil se me había descubierto varias veces como una suerte de literatura para adultos gilipollas.

Pese a todo, vi Norweggian Wood (Tokio Blues) y en seguida quise comprarlo. No conocía al escritor, y su nombre japonés me sonaba a chino. Pero me gustó la apariencia del libro. El elegante diseño en negro que caracteriza a Tusquets, y la portada con esa foto de una chica de espaldas, con las manos escondidas como guardando un secreto. ...Y sobre todo, claro, el título: Tokio Blues, Norwegian Wood. ¡Era una canción de los Beatles, y una de mis favoritas además! Así que lo compré y leí mi primer Murakami, al que seguirían muchos.

Por ese tiempo descubrí que era un autor de culto, ahora se ha puesto de moda entre las esferas gafapastistas pseudo intelectualoides el renegar de él. Este tipo de élites actúan como la "masa" que desprecian. Si a uno les gusta seguir la corriente, el otro rechaza todo lo que salga de un estricto círculo de "incomprendidos". Me recuerdan al personaje de Pallarés del jueves, Baldomero (por lo demás despreciable...). A raíz de Tokio Blues Murakami se convirtió en un best seller, se puso de moda y por lo tanto dejó de gozar de prestigio en el ámbito intelectualoide. El libro es de 1990, aunque no sé cuándo llegó a España, yo lo conocí en 2003.

Independientemente de la fluctuación de las modas, de que venda millones de copias o ninguna, Murakami es un escritor especial, irregular y adictivo. Dio la razón a sus malos críticos con After Dark, libro para jóvenes con más forma que contenido, tedioso y repetitivo. Soy fan suya, pero debo admitirlo, After Dark se me hizo largo siendo corto. Pero no creo que nadie que haya leído Norweggian Wood, El pájaro que da cuerda al mundo o Kafka en la orilla pueda decir que es un mal escritor. Te gusta o no te gusta, vale. El realismo mágico a veces es difícil de digerir. Pero Sputnik, mi amor es una de las historias de amor más hermosas jamás escritas.

Veremos si 1Q84 no me decepciona.
Cruzo los dedos (a la espalda, como la portada de Norweggian Wood)

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